Alex

      Alex era el nombre de aquel muchacho y en un principio yo me di cuenta que cada vez que llegaba y caminaba hacia la oficina de mi esposo él se me quedaba mirando. En un principio lo tome como una falta de respeto pero tengo que admitir que con el pasar de las semanas y los meses me gusto y hasta podría admitir que a veces quería caminar enfrente de él solo para sentir su mirada.


Eventualmente fue él quien con timidez una tarde se me acerco para hacerme una pregunta, creo que fue obvio para ambos que existía una atracción entre nosotros pero obviamente prohibida. Tengo que admitir que yo me sentía como una adolecente con un admirador nuevo y tengo que admitir también que el hecho de que era un empleado de mi esposo hacia toda la situación más prohibida y excitante al mismo tiempo.

El día fatal que cambio todas nuestras vidas fue un Jueves alrededor de las 6 de la tarde, yo fui a buscar a mi esposo al supermercado pero no lo encontré y decidí esperarlo. Fui a buscar a Alex en el depósito y por cuestiones del destino el estaba bastante metido casi al final del almacén levantando unas cajas, me le acerque para hacerle una pregunta tonta y tan pronto nos dimos cuenta que estábamos completamente solos sentí una tensión como que algo estaba a punto de suceder.

Todo sucedió muy rápido, Alex se me acerco demasiado con el pretexto de tomar una caja detrás de mí y puso sus brazos alrededor de mi cintura, nos quedamos mirando a los ojos muy de cerca y fui yo quien lo bese. El me correspondió inmediatamente y fue como sentir un fuego intenso que se apodero inmediatamente de nosotros, nos besamos con una pasión que la verdad no había sentido en muchos años. El calor del momento fue tan grande que yo sentí que Alex metió la mano debajo de la falda de mi vestido para bajarme el calzón y yo no lo detuve, no podría explicar el porqué de mis acciones en ese momento pero la verdad fue que deje que Alex me terminara de bajar el calzón por las piernas.

Alex se abrió los pantalones, me subió la falda y me penetro allí mismo encima de las cajas del almacén. Todo sucedió tan rápido que yo no tuve tiempo ni de reaccionar ni de pensar en lo que estaba haciendo, en un momento estaba hablando enfrente de Alex y en menos de un minuto estaba con los tacos en el aire mientras él me cogía con fuerza encima de las cajas.

El sexo me gusto mucho y eso jamás lo podría negar, hacía mucho tiempo que no sentía a un hombre que me hiciera suya con tanta pasión y tantas ganas. Obviamente el sexo no duro mucho porque yo estaba aterrada que alguien pudiera venir en esa dirección del almacén, me imagino que fueron 7 u 8 minutos, yo no tuve un orgasmo pero Alex si lo tuvo y el muy desvergonzado se vino dentro de mí sin preguntarme si me estaba cuidando. Me sentí casi utilizada pero increíblemente caliente y con la libido por las nubes.

Cuando terminamos yo no dije ni una palabra porque la verdad estaba en un estado que no sabía qué hacer ni que decir, solo recuerdo que lo sentí terminar, el me soltó, yo me baje el vestido, tome mi cartera y me fui inmediatamente del almacén aun cuando escuche que Alex me quiso detener, ni siquiera espere a mi esposo solo me subí a mi carro y me fui manejando de prisa increíblemente confundida y con miles de cosas en la cabeza.

No regrese al supermercado en casi 2 semanas, se me caía la cara de vergüenza de mirarlo a Alex o imaginarme que algún empleado se hubiera dado cuenta que yo la esposa del dueño había dejado que uno de los empleados me meta la verga por 5 minutos como una cualquiera encima de las cajas del almacén. Aun cuando sentía vergüenza por lo que hice en el fondo no dejaba de pensar en aquellos pocos minutos en los que me sentí mujer como no me había sentido en muchos anos, por un lado me sentía increíblemente culpable por engañarlo a mi esposo pero por otro lado cada centímetro de mi cuerpo deseaba a gritos sentirlo a Alex otra vez.

Sin que mi esposo se diera cuenta busque en sus archivos los datos de sus empleados y busque el número de teléfono de Alex. Lo llame una noche y él me contesto muy amigablemente sin tratar de hacerme sentir mal, el me propuso encontrarnos a solas en algún lugar fuera del supermercado y yo acepte, ese fue el inicio de nuestra relación.
Como dije al principio Alex fue mi amante por alrededor de 5 meses, tuvimos una relación increíblemente apasionada e increíblemente sexual. Nuestros encuentros fueron casi siempre en un hotel escondido de la ciudad donde nos encontrábamos y teníamos sexo literalmente por horas sin parar.

Yo no sé si me enamore de él pero durante esos meses me despertaba todos los días con unas ganas locas de verlo, andaba todo el día sobre excitada contando las horas y los minutos para ir al hotel, cuando por fin nos encontrábamos a solas una parte de mi personalidad se despertaba, a veces ni yo misma me podía reconocer, me volví una mujer increíblemente sexual, quería disfrutar todas las cosas que no había hecho por anos en mi matrimonio y que quizás nunca más iba a volver a hacer.

Entre muchas cosas deje que Alex me atara las manos a la cama y se aprovechara de mi, deje que me eyaculara en la boca y el rostro y hasta inclusive deje que me penetrara por el ano, algo que ni siquiera había hecho con mi esposo. Yo me sentía una mujer en todo el sentido de la palabra, sensual, sexual, y hasta puta pero que divertido era sentirme una mujer bien puta.

Después de 5 meses me empecé a dar cuenta que las cosas empezaron a ponerse peligrosas, mi esposo empezó a sospechar que algo andaba mal y una noche sentí que alguien me estaba siguiendo. Yo le dije a Alex que quizás era mejor dejar de vernos pero él se puso como loco y hasta me llego a proponer que dejara a mi esposo y me fuera con él. Cuando él me dio eso me di cuenta que quizás era mejor terminar las cosas antes de que se complicaran aun mas y felizmente tuve la sensatez para dominar mis impulsos y hacer lo que tenía que hacer.

Deje de ir al hotel por precaución y los últimos dos encuentros que tuve con Alex fue en casa de una amiga la cual me dejo usar su casa con la promesa de que estaba terminando esta relación. Las últimas veces que estuve con Alex lo tuve que hacer casi por obligación para poder terminar las cosas sin pelear, yo le dije a Alex que iba a darle una suma de dinero pero el tenia que renunciar al trabajo del supermercado porque el hecho que él estuviera allí me podía traer problemas. Alex acepto pero me puso como condición que tuviéramos sexo una vez más y la verdad es que tuve que aceptar.

El último encuentro fue solo para él, Alex no me hizo daño ni me falto el respeto pero básicamente por casi dos horas se dio el gusto como hombre de hacerme todas las cosas sexuales que a cualquier hombre le gustaría hacer, yo me trague mi orgullo y me deje, era más importante para mí que cumpliera con su promesa de no volver a buscarme.
Esa fue la última vez que vi a Alex, a excepción de ese último encuentro la verdad no tengo malos recuerdos de él. Alex despertó una parte de mi que ni yo misma conocía pero que disfrute muchísimo, ojala que le vaya bien.
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