Nina

Nina es ese tipo de mujer que toda ella desprende sensualidad. 
Con solo mirarla despierta los mas profundos deseos de cualquier hombre.

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Su rostro sereno, su mirada dulce y a la vez inquietante. Su cuerpo perfectamente moldeado y su contoneo al caminar hace sentir el deseo de poseerla, de amarla, de tenerla y retenerla para disfrutarla despacio, muy despacio...Sin prisas. Suavemente,recreándose en el momento...

Nina es ese tipo de mujer que hace que inevitablemente sientas una atracción irrefrenable. Nina es el deseo en sí misma, es la imperiosa necesidad de fundirte con ella y dejarte llevar entre suaves y rítmicos movimientos a lo más extremo del deseo. A hacer realidad las más ocultas fantasías, hasta quedar plenamente lleno de ella...

Con Nina es fácil dejarse llevar. Pone a tu disposición todo un mundo de fantasías y placeres. Sabe perfectamente lo que necesita un hombre, y a la vez reclama con todo su cuerpo una respuesta a toda esa ardiente pasión. Sus caricias suaves, sus besos apasionados, dulces, largos y profundos. Sus acompasados movimientos y su roce en mí piel, me hacen llegar a tal punto de excitación que pierdo el control por completo. Nina manda, Nina domina, Nina hace que deseé abandonarme por completo, mientras se recrea en mi como una autentica experta en el arte del placer.

Sentada sobre mí, se mueve lentamente mientras me susurra al oído y me hace perder el sentido envuelto en su aroma. Es imposible pensar en nada que no sea ella. Es imposible tratar de controlar nada. Me abandono a Nina envuelto en ella. Abrazándola, presionándola contra mí, mientras noto su cuerpo ardiente pegado a mi pecho. Contoneándose con movimientos cada vez más rápidos. Sintiendo sus muslos pegados a los míos, presionando suavemente una y otra vez. Acelerando la respiración, volviéndome loco de pasión, de deseo. Sintiendo que Nina me hace llegar a lo más alto del placer. Sintiendo que ya no tengo voluntad...Ya todo es locura, placer. Ya todo es lo máximo que Nina me puede entregar.

En ese momento mi cuerpo responde con la misma fuerza que Nina reclama...Pasión, fuerza y un estallido de placer elevado a lo máximo, a la locura...Al éxtasis. Una pasión desconocida para mí.
Nina simplemente con su sensualidad, con sus caricias, con sus besos largos y apasionados, con sus movimientos rítmicos y precisos, con toda la sensualidad que sólo una mujer como ella pose, me hace alcanzar, el cielo con las manos.... , me hace alcanzar, el cielo con las manos....
Maria Fonticiella
María Fonticiella

Relatos de Mujer
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