Al final, encontrarás un vídeo, que puede ser de tu interés.
Para ponerle remedio, nos hemos sumergido en la obra Petite histoire de la masturbation (Pequeña historia de la masturbación, en español) del Doctor Pierre Humber y del psiquiatra Jérôme Palazzalo.
La masturbación, el camino hacia el placer
¿Cómo reivindicar el derecho al orgasmo cuando la noción de placer sigue siendo todo un misterio? El autoerotismo nos enseña el camino de acceso pero, visiblemente, también el de vuelta. Parece ser que, ya en el vientre materno, incluso el feto se abandona al placer en total confidencialidad. Más tarde, de niño, volverá a descubrir esas sensaciones a su ritmo y con la sensibilidad característica de dicha edad.
¡Y ese es el quid de la cuestión! Esta práctica, a menudo mal vista por los padres, que la consideran reprensible a pesar de ser totalmente natural, se vuelve así un gesto vergonzoso al igual que el cuerpo y el placer que produce. Y henos aquí dependientes de esas prohibiciones cuando sería tan fácil, tal y como propone Brigitte Lahaie en el prólogo, “explicar que no hay nada malo en el hecho de hacerse el bien a uno mismo, siempre y cuando nos guardemos de las miradas indiscretas”.
La masturbación, ¿clave de la autoestima?
De este modo, la masturbación abriría las puertas del placer y de la felicidad, desarrollando así nuestra predisposición para la fantasía y el arte. Una defensa como ninguna contra la frustración, fuente de agresividad entre otras cosas. Un punto que corrobora el estudio Exton (2001): en las poblaciones donde la masturbación no es considerada como un acto denigrante, se observa una prolongación de los estudios con un gusto pronunciado por la actividad intelectual o artística y comportamientos menos violentos.
Masturbarse para alcanzar una sexualidad plena
La masturbación no sería, por lo tanto, ningún competidor del coito, sino más bien algo complementario que promete un mayor goce y disfrute para ambos miembros de la pareja. En definitiva, los autores coinciden en que las motivaciones (para ambos sexos) responden además de a la necesidad de autoexploración y de seguridad narcisista, a un deseo de autonomía y de descubrimiento personal e íntimo del deseo.
Para conocerse mejor, para disfrutar más. La idea no es nueva, ahora sólo queda ceder a ella echando abajo el sentimiento de culpabilidad.
El autoerotismo contra los trastornos sexuales
De hecho, nuevos estudios afirman que “son esas fantasías asociadas a la masturbación, más que la capacidad de procurarse placer a uno mismo, las que repercuten positivamente en las inhibiciones”. Una invitación a sumergirse en nuestros deseos más profundos para una fantástica exploración de nuestra propia intimidad.
Así, que se feliz, mastúrbate si lo deseas y no te preocupes que no irás al infierno
Ver
a una sensual mujer gozar con un masturbación suave y delicada, subirá tu
temperatura y tu deseo sexual al instante (sobre todo, si eres hombre). Entre
movimientos llenos de erotismo, esta chica llega a un intenso orgasmo.